TALCO Y THE REAL MCKENZIES: UN VIAJE DESDE LAS HIGHLANDS HASTA ITALIA

 

¿Hay algo más mágico que la noche de Reyes? Para nosotras siempre ha sido una fecha muy especial, desde pequeñas, así que como nos gusta tanto este año la hemos alargado un día más, gracias a HFMN, con una fugaz escapada a Bilbao para ver a dos grupazos: Talco y The Real Mckenzies.

Y es que la magia es una constante en nuestras humildes vidas, y una de las causas que la motivan es la música. Música y amistad en una misma noche en la que ni faltó ni sobró nada. Una noche perfecta de esas que recuerdas para siempre.

Las risas comenzaron al llegar antes de la hora de apertura a la sala. Encontramos un bar abierto en el que parecía que se estaba celebrando un evento privado, pero todo fue por la decoración navideña, y el ambiente con salsa y karaoke. Pronto comenzó a llenarse de la gente más variopinta, que después acudirían a la Sala Santana 27.

Por fin en la sala, en cuanto se abrieron las puertas se formaron enormes colas y nosotras, micrófono rosa en mano (regalo de los reyes magos) allá que íbamos con todas las ganas del mundo.

Y llegó el momento: los canadienses The Real Mckenzies en directo. Si os digo la verdad, a pesar de ser los acompañantes, yo estaba más interesada en ellos que en Talco. Aún así, me encantaron ambos grupos. Serían aproximadamente las 20:15 h, cuando empezaron a sonar las primeras notas de la intro. No me acerqué demasiado porque la sala estaba a reventar y quería disfrutarlo en condiciones, sin empujones ni bailes, sólo la música. Y ahí estaban, sus temazos, algunos más punk rock, otros más folk celta y otros más rockeros, pero todos con la misma esencia  y regados de ese toque de las Highlands que tanto me fascina (ya dije una vez que creo que debo tener ascendencia celta). Una hora y cuarto de diversión junto a un sonido brutal, en el que además su vocalista habló entre tema y tema de asuntos como los políticos, el amor, recordó a los grandes de la música, a quienes dedicó una canción, y una frase  con la que me quedo:  “¿Quién ha tenido un mal día? Mañana podría ser el mejor día de vuestras vidas”. Tal vez la voz no fue lo que mejor sonó de la noche, pero creo que todos quedamos realmente satisfechos con tal tremendo bolazo.

Tras un pequeño descanso, sobre las 21:50 llegó el videojuego más esperado: los italianos Talco comenzaron con una intro muy ochentera (¿Quién ha encendido la Nintendo?). A pesar de que el sonido del bolo anterior había sido una maravilla, Talco sonaron aún mejor. La Santana 27 no podía estar más llena ni el variopinto público más animado, dándolo todo ya desde el comienzo. Parece que había ganas de los italianos. Es más, no había manera de acercarse al escenario, ni siquiera para hacer unas fotos. Una de nosotras lo intentó y, bueno, mejor no contaros cómo volvió. Y es que la mezcla de ska y punk, las letras, los instrumentos de viento, el sonido y la presencia en el escenario formaron una perfecta mezcla de lo que la gente esperaba y de  lo que ellos ansiaban dar a su entregado público.  

Mención especial a su versión del Bella Ciao, tal vez lo más esperado por muchos, y quizás demasiados móviles grabando aquel momento, pero, en fin, ya sabemos que en estos tiempos es lo que hay.

Tras los conciertos, muchos se fueron, otros nos quedamos. Por si alguien se quedó con ganas de más, fue el turno de Anero Cordura e Imanol Pintxito a los mandos, que con su sesión y sus vinilos nos hicieron bailar y despedir una noche, como ya dije al principio, mágica, fría en temperatura y cálida en esencia.

@niunpeloderubias

Is there anything more magical than the night of the Three Kings? For us it has always been a very special date, since we were little, so as we love it so much this year we have extended it one more day, thanks to HFMN, with a fleeting trip to Bilbao to see two great bands: Talco and The Real Mckenzies.

Magic is a constant in our humble lives, and one of the causes that motivate it is music. Music and friendship in the same night in which nothing was missing and nothing was too much. A perfect night of those that you remember forever.

The laughter started when we arrived at the venue before opening time. We found an open bar where it looked like a private event was being held, but it was all because of the Christmas decorations, and the atmosphere with salsa and karaoke. Soon it began to fill up with the most diverse people, who would later go to the Sala Santana 27. 

Finally in the room, as soon as the doors opened huge queues formed and we, pink microphone in hand (a gift from the Three Kings) there we went with all the desire in the world. 

And the moment arrived: The Canadians The Real Mckenzies live. To tell you the truth, even though they were my companions, I was more interested in them than in Talco. Even so, I loved both bands. It would be about 8:15 pm, when the first notes of the intro started to sound. I didn't get too close because the room was packed and I wanted to enjoy it in conditions, without pushing or dancing, just the music. And there they were, their great songs, some more punk rock, others more Celtic folk and others more rock, but all with the same essence and sprinkled with that touch of the Highlands that fascinates me so much (I said once that I think I must have Celtic ancestry). An hour and a quarter of fun with a brutal sound, in which the vocalist also spoke between songs about issues such as politics, love, remembered the greats of music, to whom he dedicated a song, and a phrase with which I remain: "Who has had a bad day? Tomorrow could be the best day of your lives". Maybe the voice was not the best sound of the night, but I think we were all really satisfied with such a great gig.

After a short break, around 21:50 came the most awaited video game: the Italians Talco started with a very eighties intro (Who turned on the Nintendo?). Although the sound of the previous gig had been wonderful, Talco sounded even better. The Santana 27 could not have been more crowded and the crowd more animated, giving it all from the beginning. It seems that the Italians were in the mood. What's more, there was no way to get close to the stage, not even to take some pictures. One of us tried and, well, it's better not to tell you how she got back. The mix of ska and punk, the lyrics, the wind instruments, the sound and the stage presence formed a perfect blend of what the crowd was expecting and what they were eager to give to their devoted audience.  Special mention to their version of Bella Ciao, perhaps the most awaited by many, and perhaps too many cell phones recording that moment, but, anyway, we know that in these times it is what it is. 

After the concerts, many left, others stayed. In case anyone was left wanting more, it was the turn of Anero Cordura and Imanol Pintxito at the controls, who with their session and their vinyls made us dance and say goodbye to a night, as I said at the beginning, magical, cold in temperature and warm in essence.

@niunpeloderubias