THE SOULBREAKER COMPANY + GREEN DESERT WATER + CABALLO MOLDAVO: Un oasis en pleno invierno.


Admitámoslo, el invierno es una mierda. Que sí, que muy bonita la nieve y muy calentitos en casa con la mantita y una peli. Pero...¿y cuando tienes  que salir? Donde se ponga un concierto en una tarde noche de verano... y más en el verano asturiano. Sin embargo, hay citas que son ineludibles y te matarías a ti misma si se te ocurriera faltar. Y es que  lo que aconteció el pasado sábado en la sala Gong de Oviedo, en la que se citaron 3 cabezas de cartel imprescindibles. 


21:00. Comienza el espectáculo con Caballo Moldavo. Los asturianos  se han ido haciendo poco a poco con la noche ovetense y gijonesa para llegar a hacerse indispensables, tanto, que casi todos los fines de semana tenemos algún bolazo suyo. Lo cual es muy de agradecer para los que les seguimos y disfrutamos de su música. La sala casi llena y una sola palabra para definir este bolazo: potencia. 


Cuarenta minutos de bolazo en los que irrumpieron en nuestros sentidos como una manada de caballos salvajes arrasando en el escenario. Y es que cada vez que los escucho no puedo evitar acordarme de una versión endurecida de mis adorados Clutch. El sonido acompañó y.... ¡Ojo, señorxs bajistas! ¡El bajo se oía, y además alto!! Sí, se puede. 

Cada componente  de Caballo Moldavo nos regaló una lección de energía y profesionalidad en la que el reverendo y sus gestos de predicador animaron a todos: "Vamos a ir todos a misa de 12 como buenos feligreses".  Misa negra, por supuesto. Bolazo donde los haya.


Tras ellos volví a tener el placer de disfrutar de los enormes Green Desert Walter. 

Puro stoner de calidad, esta banda es la demostración de que sólo 3 personas pueden lograr que tu mente viaje al desierto californiano con su música. Me permití durante unos momentos cerrar los ojos para sentir aún más lo que un grupo como ellos puede ofrecer a nuestros oídos, a nuestros sentidos, e incluso a nuestro corazón.


Probad a hacerlo vosotros también la próxima vez que los veáis en directo, o si no les habéis visto nunca, no sé a qué estáis esperando porque, sin desmerecer al resto de bandas, Green Desert Walter son de lo mejorcito de Asturias musicalmente hablando.


Llega el turno de los esperados The soulbreaker company, celebrando sus 20 años de vida como banda. Una espera que mereció la pena ya que, con su rock setentero y ese enorme derroche de talento y expresividad, consiguieron que flipáramos aún más. Y es que a pesar de esos 20 años que llevan y de haber oído hablar tanto de ellos en directo, nunca había tenido esa oportunidad.

Os juro que tuve un momento de esos en los que te quedas pillada y embobada, un stendhalazo, como lo llama un amigo (el síndrome de Stendhal es una constante en mi vida).


Fue una mezcla de instantes de fascinación y de otros en los que se me iba el cuerpo y necesitaba moverme, bailar... 

No sé si fue porque estaba tan cerca del escenario, que me pareció vivirlo todo tan espiritual, tan místicamente... Las voces, la música, el ambiente, todo ello hizo que entraran en mi corazón. Y no, os juro que no iba drogada ni mucho menos. A veces la música causa ese efecto. Y si nunca os ha ocurrido, eso que os perdéis.

Y por todo ello, no me podía creer que hubiera menos gente en The soulbreaker company que en el resto de bandas. A ver, ¡que no eran ni las 12  de la noche! En fin, allá cada uno.

Nosotras nos quedamos con lo que vivimos, con lo que sentimos y con una noche más para el recuerdo.

@niunpeloderubias







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