Raposu Rock: Un año más de solidaridad y Rock




S
egún la RAE, solidaridad es: "Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros".

Según el diccionario Oxford: "Adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles".

No, no os voy a dar la chapa con más definiciones. 

Todos estaremos de acuerdo en que a este mundo le hace falta un poco (o mucha) más  solidaridad, pero también está excesivamente necesitado de empatía y de bondad. Lo importante es aportar cada uno su granito de arena, y gracias a nuestra queridísima Rheme, ese granito a veces se convierte en una montaña de ayuda a los más necesitados. 

Por ello, todos los noviembres, se organiza este festival solidario en el que, además de pasarlo bien, ayudamos un poquito contribuyendo con al menos un kilo de alimentos no perecederos, que luego irán  a parar a un comedor social. 

¿Por qué os contamos todo esto? Porque para nosotras es lo más importante del festival. A conciertos podemos ir todo el año, cada fin de semana hay algo... También es cierto que hay personas que colaboran con causas siempre ( en mi caso, por ejemplo, soy socia de la Asociación española contra el Cáncer), pero para otros esta es la única oportunidad de cooperar (aunque algunos ni eso).

Pero vamos a lo que vamos: las bandas.





Puntualísimos, comenzó la tarde (19:15) con los veteranos Skuld. Los de Puerto de Vega, capitaneados por su lideresa (cómo nos gusta ver a mujeres en el escenario) descargaron toda su energía en forma  de hard rock y toques de heavy a una hora complicada, ya que aún no había llegado todo el público y algunos aún estaban fuera. A pesar de ello, Skuld lo dieron todo y supieron ganarse a los asistentes. A nosotras, aun cuando no somos especialmente fans de este género musical, nos encandilaron con su versión de "Wonderful life" del fallecido Black, todo un clásico de los 80. 





Tras ellos y  por un cambio de horarios llegaron Cantaebria, un dechado de rock and roll que no dejó indiferente a nadie, y es que el dinamismo y la potencia que derrochaban en el escenario consiguieron engatusar a los asistentes hasta el punto de que casi se llenó la sala. Irreverentes y atrevidos, lucieron palmito y modelitos a la par que buen rock and roll, e incluso tuvieron artistas invitados en el escenario (Lyla y Javi) que ya participaron este año en los premios Festiamas.





Turno de los ya más que conocidos por estos lares Beast Inside. Puro thrash, como ya nos tienen acostumbradas, mucha caña y "hordas" de fans desatados ( al menos los que cabían en la Acapulco), y donde tampoco faltaron circle pits, walls of death ... y sobre todo mucha diversión. Queda demostrado que el thrash ha vuelto a revivir, si es que alguna vez se fue... 

Y para terminar, la sorpresa de la noche: Negracalavera. Al menos para una de nosotras, ya que la otra ha tenido la suerte de verlos varias veces en directo. En mi caso, no me pudieron flipar más: como si metes en una  batidora a Hellacopters y Teenage Bottlerocket y además les pones un toquetazo enorme de tu estilo propio y esa dosis de calidad que tienen todas las bandas de Bilbao y alrededores...  No sé si será por la dieta y los pintxos pero casi cada banda que sale de allí nos encantan. Quedaba poco tiempo para el cierre de la sala y, a pesar de que no fue muy corto, nos habríamos quedado una hora más encantadas escuchándolos y disfrutando del bolazo que se marcaron.  Y además son buenas personas. ¿Quién dijo que no se podía tener todo?










Ante todo, tenemos que volver a darle las gracias a Rheme y a Raposu Rock por su labor, y recordaos a todos que, no es sólo por la música, necesitamos más ayuda y sobre todo bondad en el mundo. No sabéis lo que puede causar una buena palabra en el corazón de una persona...y no os imagináis ya lo que pasa con un mal comentario o una mala palabra. 

Como decía el gran Leon Tolstoi: "No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad". Grabáoslo a fuego.

@niunpeloderubias








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