GENERACIONES UNIDAS POR EL HARDCORE

Hoy, entre las “cosas que nos hacen felices”: una noche que promete y cumple sobradamente con las expectativas.

Y es que unir dos bandazas como son Barbakore y Proudz, no es para menos.


Después de repartir hardcore a mansalva y, pendientes de una de las bandas estatales más consolidadas, lo que más comentaba el público es que Proudz ya se podía poner las pilas para igualar o superar lo vivido en la primera parte de la noche.


Los de Ortuella se tuvieron que quedar bien a gusto. Una presencia y ejecución impecables ligados a temas llenos de rabia y lucha con mensajes extremadamente claros hicieron que el público allí presente (prácticamente con la sala llena) no pudiéramos parar de corear todas sus letras. 



Con integrantes de otras bandas como Radiocrimen o Sanngre en los que sus calendarios no dan tregua, Barbakore acierta siempre estando en el lugar y la fecha adecuados. Por eso, y por el nivel tan alto que ofrecen, sus apariciones a cuenta gotas son tan esperadas y gratificantes.




Mientras sucedía todo esto, pudimos observar como algunos componentes de la banda madrileña disfrutaban de lo que tenían ante sus ojos. Estamos casi seguras que alguno de esos momentos les devolvió a esos bonitos años vividos no hace tanto y que les tocaba defender minutos después.


Como buenos padres y mentores de la mayoría de bandas de HC actuales de este país, demostraron que la madurez llega a todas las vertientes. Y aunque entraron a matar (no les quedaba otra), lo cierto es que nos regalaron un dulce paseo por todos sus himnos. Incluso ciertos temas de su último trabajo, “Cuando todo esté perdido”, con tan poco tiempo de vida ya se han convertido en eso mismo.






Echando de menos siempre la presencia de Rana pero con una acertada reestructuración (ahora sí) totalmente consolidada; pudimos comprobar como detrás de esa lección musical en esta nueva etapa, además de mucha experiencia, hay horas repletas de esfuerzo y trabajo.


@niunpeloderubias



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