GORA SAN MIGUELUKO ROCK!

Saru es una tía que pelea con infinitos demonios permanentemente. Y, aunque el peor al que se enfrenta es a sí misma, es imposible hacer una crónica sobre San Migueluko Rock sin tener en cuenta esto ni hacerla protagonista a ella.

Sin menospreciar al resto que son unos AUTÉNTICOS CURRANTES y no me gustaría que se pusiera en duda en ningún momento, el ejemplo de esta chavala es el que debería existir en todos y cada uno de los rincones de cualquier tipo de escena. Pero, sobre todo, en el underground.

Por esta y por miles de razones más es una incondicional en mi vida. Y aprovecho esta ocasión para comunicarle públicamente que convertir una simple calleja de pueblo en un macro festival es lo que también hace con las vidas de cada unx que nos cruzamos con ella en el camino.

A partir de aquí, nuestra relación seguirá basándose en insultos y faltosadas varias como siempre, tampoco nos flipemos.


Sentimentalismos a parte, el pasado 27 de septiembre teníamos una fecha grabada a fuego en el calendario desde hacía meses. Y aunque pocas son las ganas de volver a pisar algunas zonas cántabras, los reencuentros y una reunión de bandas muy potentes son razones más que suficientes para tumbar de lleno todos los malos recuerdos del pasado.

Llegar junto al diluvio universal de la mano es toda una declaración de intenciones; ir de abrazo en abrazo y sentirse una más de casa, el mayor regalo a un camino más de espinas que de rosas.

Y aunque por motivos laborales llegamos en los últimos temas de Killin Bananas, pudimos comprobar qué es lo que pasa cuando se suman esfuerzo y horas de trabajo. Sonido potentísimo y, dentro de la diversión que les caracteriza, una actitud mucho más madura defendiendo el título de anfitriones.

Incluso contanto con la colaboración de ¨Plin" en su último tema, el nivel no descendió ni un milímetro y nos regalaron la mejor versión de unos chavales que se lo pasan bien compartiendo tiempo juntos y tocando cada vez más y mejor.



Con un público ya "caliente" y preparados para otra banda que había muchas ganas de ver por Cantabria, subían al escenario Proudz y la carpa al completo se vino abajo.

Una de las cosas que nos quedan claras es que da igual que pasen los años o que las formaciones sufran variaciones; algunos temas pasan de generación en generación prácticamente sin despeinarse. Y que, cuando algo te gusta, los nuevos pasan a formar parte de tu vida casi sin que nos demos cuenta.

Claro ejemplo de ello puede ser "En la noche más oscura", el cual vio la luz hace escasos 3 años y uno de los que más disfruta el público.



Y aunque ya son más de 10 años los que llevamos siguiendo incondicionalmente a Radiocrimen, aún sentimos ese cosquilleo cuando los vemos salir al escenario y comienzan a sonar los primeros riffs.

Creo fielmente que esa es una de las razones por las que sigo a ciertas bandas: un flechazo permanente que atraviesa cuerpo y alma como el primer día.

Aún habiendo tachones en el set list de mis básicos favoritos, nos regalaron un adelanto del último tema que vería la luz varios días después: "Los chicos no están bien". Versionando a The Offspring en uno de los temas más típicos de la banda californiana (el cual obviamente lo está petando) me parece un claro ejemplo de la tan familiar frase "quien no arriesga, no gana". 



Otra cosa que me fascina de esta gente es la capacidad de interacción y entendimiento con un público que corea todas las canciones aunque sea a golpe de un simple "lo,lo,lo". Poder verlo desde otra perspectiva entre bambalinas me hace sentir orgullosa del hueco que han logrado hacerse en la escena actual aunque, a mi parecer, siga siendo la banda más infravalorada de los últimos años de la historia del punk.

Me alegra vivir en primera persona como su directo demuestra una y otra vez ser todo lo contrario.

Y, por último pero no por ello menos importante, cerraban este pepino de cartel Arpaviejas.

Dicha banda es un imprescindible en las filas de casi todos los festivales en estos últimos años, algo en lo que no podemos estar más de acuerdo. También es verdad que, tanto como al resto de bandas, verlos tocar en casa supone una emoción especial y superior.

Bolazo de principio a fin con un público totalmente entregado, sobre todo en los temas más conocidos como "El Mesías" o "Ahora me importa una mierda" donde la carpa del San Migueluko parecía que se venía abajo.





Y, aunque toda la punkarrada está muy bien, no podemos dejar pasar esta oportunidad sin destripar su lado más amoroso. Porque los catalanes demostraron un cariño y apoyo infinito a estas dos rubias en lo que se suponga que hacemos; y porque personas de tan lejos dediquen un solo minuto en sus vidas para pararse a descubrirnos es lo que hace que sigamos con más ganas.


GRACIAS INFINITAS A TODXS por este regalazo de noche!


@niunpeloderubias



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