Karma Fest 2024: Barro y metal

 


"No olvides mencionar el clima en tu maldito libro: el clima es muy importante" (Ernest Hemingway)

Vale, esto no es un libro. Pero sí es una historia; y como en cualquier historia, el clima es un gran protagonista. Y en este caso, más. Porque el clima de ese fin de semana fue en gran parte el que propició la abundancia o escasez de público. Del viernes no os podemos contar nada porque teníamos compromisos laborales y de otros tipos, pero ya supimos que estuvo lloviendo todo el día, lo que hizo que, al día siguiente, aunque hiciera un solazo, estuviera todo lleno de barro. 

Pero vamos por fin a lo que vamos. Tras alguna falta de comunicación y malentendidos entre las dos, ya que nosotros esperábamos a Isa en casa y ella se fue directa para Pola de Laviana, llegó y nosotros tiramos rápido hacia el festival. 

Saludos a los colegas, pulseras, etcétera y adentro. 

Llegamos a lo justo para ver a Astray Valley en el escenario pequeño, donde la banda y en especial su vocalista (y su pelazo) dieron rienda suelta a toda su ira mientras aún lucía el sol, aunque no fuese un sol de medianoche (si último trabajo de llama "Midnight Sun", 2023). Poco público pero muy entregado, al igual que la banda, consiguieron que nos envolviéramos en el ambiente ya desde el principio de nuestra llegada. 



Hablar del Karma Fest es hablar de As Life Burns, así que por supuesto debían estar presentes. Ya comenzando la noche empezaban sus primeros acordes, con un sonido atronador y un juego de luces perfecto y totalmente acorde con su música. Decir que al estar colocadas en primera fila casi nos quedamos sordas, pero mereció la pena... Aunque con tanto fotógrafo dando vueltas por el foso no pudimos disfrutarlo al 100%.












De Bolu2death no pudimos ver la actuación entera. Hacía frío, queríamos un café, mear y hablar de muchas cosas, así que llegamos a lo justo para ver un par de temas. Como siempre, demostraron que el metal no está reñido con la electrónica, combinando ambos estilos ante un público totalmente entregado.







Tras ellos directamente desde Inglaterra llegaban Heart of a Coward. Me imagino a estos tíos pensando: "Uy, qué bien vamos a España, septiembre, calorcito, sol"...y se comieron todo el frío que hizo aquella noche. Al menos no tuvieron que aguantar la lluvia del día anterior a la que ya estarán acostumbrados al ser ingleses (aunque oye, yo vi Downtown Abbey entera y no llovió en ningún episodio 🙄). BOLAZO con mayúsculas el que dieron, acompañadas nuevamente por esos juegos de luces que contrastaban con cada tema, con cada golpe, con cada acorde... Una maravilla. A pesar de que durante unos segundos se fue el sonido, cosas que solucionaron dándole a una tecla del ordenador (ay, la tecnología)... Seguíamos casi sordas... toda la noche.

Pedir perdón desde aquí a Brothers Till We Die, ya que por circunstancias adversas (también llamadas "hambre") no fuimos a verlos. Eso sí, nos comimos unas croquetas calentitas que nos dieron energía para el resto de la noche. Os resarciremos, no os preocupéis. Para la próxima allí estaremos dándolo todo en primera fila, para variar.








Volvimos justo al comienzo de Hora Zulú. Qué decir de ellos que no se haya dicho en toda su maravillosa trayectoria. Ellos fueron los encargados de poner un poco de calor a la noche entre acento andaluz y bromas. Agradecidísimas de que vinieran por varias razones: es uno de los grupos favoritos de Isa, a mí me da la vida escuchar acento andaluz, son un grupazo y adoramos a Paco Luque. Comenzaron diez minutos antes de lo esperado, suponemos que la razón es que mucho público se fue tras los grupos de metal. Seguimos sin entenderlo. Hora Zulú era de lo mejorcito del cartel, pero ya se sabe que la peña a veces es rara y, sobre todo, cerrada en cuanto a música. Eso sí, lo que lo disfrutamos los que estábamos allí es difícil de explicar con palabras. Otra ovación para el técnico de luces por el momento en el que se mencionó en un tema la palabra Andalucía y las luces fueron verdes y blancas. A los que echamos de menos nuestra tierra algo tan sencillo nos llega al alma. Qué más contar para que os hagáis una idea. Todos sus temazos de siempre, temas nuevos, mucha complicidad, mirada al horizonte y una calidad superior. Ellos son Hora Zulú.





Y para terminar y con el recinto ya bastante vacío casi a las 2:00 a.m, Frakture desde nuestro adorado Euskal Herria. No es la primera vez que los vemos (y no será la última), cada vez nos gustan más, cada vez suenan mejor y cada vez nos sorprenden a mejor. Una pena lo del público... j****, que al día siguiente era domingo, a ver que tenéis que hacer más importante que esto. Luego se nos llena la boca de hablar de apoyo a las bandas... ja ja. Su thrashcore llegó como un estallido que llenó las montañas cercanas de sonoridad, corroborando el por qué de tantos conciertos en Euskadi. 

Tenemos que dar las gracias a todas la crew de Karma Fest por su sublime organización, por esa maravilla de sonido y por ese ambiente que crearon con las luces. De lo de la escasez de público ya hablaremos otro día, porque aún lo estamos procesando. Esta peña se merecía que el festival estuviera lleno hasta arriba, aunque no pudiera ser. Desconocemos las razones (seguimos sin entender a la gente). Pero bueno, los que os lo perdisteis esperemos que el año que viene os animéis para la próxima edición, ya que es un festival que merece la pena desde que nació como un pequeño concierto en una sala. Os lo habéis currado, tíxs. Muchas felicidades 🩷🖤.

@niunpeloderubias 

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