TERRO-RÍA 2024: Horror y punk
Una vez, a unos amigos de les ocurrió alargar Halloween un día más y mezclarlo con música "de la nuestra"...y de ahí nació el Terro-ría, junto a la ría de Avilés.
Así que algunos se dejaron los disfraces puestos (o idearon otros nuevos) y volvimos a repetir la escalofriante noche, pero con mejor sonido y, en mi caso, más gente, ya que yo Halloween lo suelo pasar en casa viendo pelis de miedo (o sea, básicamente lo que hago el resto del año).
Menos disfraces de los que esperaba pero algunos muy currados, como es el caso de Borja y Angie y sus cabezas cortadas, y otros de mierda como el mío y mi sábana con dos agujeros para los ojos ( no pido perdón, llevaba años queriendo disfrazarme de fantasma así, aunque os lo digo desde ya: incomodísimo para beber, fumar y sobre todo para estar toda la noche grabando o haciendo fotos...así que poco me duró).
Sin horarios ni forma de saber (sólo preguntando cuando llegabas) el orden de los bolos y ya metidos en contexto, comenzaban los conciertos.
Los primeros en pisar el escenario, sustituyendo a Wide Boards que no pudieron tocar, fueron Nichu Facha, banda tal vez especialmente formada para la ocasión por miembros de Infección y Sin Emu. Desde Asturias con mucho humor y amor, estos cuatro cracks abrieron una noche que fue todo menos convencional : Bailes, disfraces y versiones de punk estatal, Misfits o Turbonegro en unos treinta minutos muy bien aprovechados.
Como siempre entre bolos charlas en la puerta antes de seguir, muchas risas y esperando a que la parejita de las cabezas cortadas se cambiaran de disfraz, porque ellos traían hasta recambio y estábamos deseando ver el siguiente modelito.
Cambiamos de estilo con el post punk de Pizzería Moloch. Y os digo desde ya que no hablé con ningún asistente a quien no les hubieran flipado. Había escuchado ya al resto de bandas pero a ellos no, y para mí fueron la gran sorpresa (y creo que para todos).
Con esa mezcla de punk ochentero, toques de electrónica y góticos, los cántabros consiguieron dar un bolazo con un sonido diferente, e incluso bueno a pesar del equipo de la sala. En resumen, que flipamos todos. Y que dos hardcoretas como Guti ( Jeremías el Babuino) y yo (aunque yo escucho música muy variada desde siempre) nos quedáramos con la boca abierta, es difícil. Pero nos pasó. A todos.
Turno de Mesenktet. Qué decir de ellos que no os hayamos contado ya. Están tan presentes últimamente en nuestro Instagram que parecen de la casa. Y es que lo son. Sin desprestigiar a nadie, podemos decir que es una de las bandas de la zona que más se lo ha currado en los últimos años. Y os lo digo con conocimiento de causa porque es algo que personalmente veo todos los días. Muchísima gente que no se ha dado aún la oportunidad de escucharlos y otros que al haberlo hecho, ya les siguen ( hay una chica jovencita muy maja por ahí que no se los pierde si puede). Que dieron un bolazo ya lo sabemos los que estábamos allí. Que alguno ni siquiera se quedó a verlos, también (ya sabemos que hay punkis muy cerrados). Pero nosotros lo vivimos. Vivimos su energía su luz, su contundencia y todo ese sentimiento que transmiten. Por fin Mesenktet son Mesenktet.
Y es que no hay mejor disfraz, sin serlo, que el de persona que apoya la escena, que luego se nos llena la boca de tanto "apoya a los grupos locales" pero siempre se va a los cuatro mismos.
Y... ¡sorpresa! ¿A que todos pensabais que Txarly Usher y los Ejemplares iban a a ser los últimos en tocar? Pues no, era su turno, los penúltimos. Más post punk de los ochenta con un repertorio completito. Había muchas ganas de verlos y eso se notaba (me perdí a Zeke por estar allí, así que, qué menos que los grupos estuvieran a la altura...y lo estuvieron).
Con su peculiar sonido y en esta peculiar fiesta /festival, retrocedemos nuevamente a los ochenta, bailamos, gozamos y prestamos oídos y ojos a esta bandaza cuya comunicación y expresividad quedó patente durante toda su actuación.
Para terminar, Brutalfly. Sí, los omnipresentes Brutalfly. No hay cartel en Asturias en el que no aparezcan, así que esta vez, tras haberlos visto varias veces, me lo tomé con calma y los vi a trozos (tenía frío y hambre ya a esas horas). Pero el resto de público vaya si lo gozó, estaban todos flipando y dando botes. Tal vez sea que el sonido de esta banda me apabulle demasiado. Siempre llego a casa con los oídos fatal, pero en el fondo los disfruto,aunque esta vez al tocar los últimos el cansancio acumulado de la semana me dejó exhausta y al día siguiente había que acudir al Raposu Rock, y la vida no nos da para tanto.
Terminaba así una noche divertidísima y distinta que lleva repitiéndose varios años y esperamos que se siga repitiendo. Gracias a Deiviz y Rico por hacerlo posible una vez más y a Txeffy por encargarse del sonido. Nos iremos pensando el disfraz para el próximo año.
@niunpeloderubias
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