Bad Religion otra vez...Y las que haga falta


Son como un eclipse o las perseidas, algo que cada año tiene que ocurrir: al menos un concierto de Bad Religion anual. Y 2025 no iba a ser menos, con una gira descomunal que los llevaría por varias ciudades de la península, incluida Lisboa. Las entradas salieron en diciembre, unas semanas después de anunciar todas las fechas. Este año opté por A Coruña, ya que caía en sábado y por cuestión de trabajo era el día que mejor me vendría. Sabía que, aunque ya los había visto mil veces, no me lo quería perder. 

Quién me iba a decir a mí que, en tan pocos meses, mi vida iba a cambiar de tal manera que, a una semana del bolo, estaba deseando que se cancelara por cualquier razón. Lloré y recé por que hubiera algún impedimento que no me dejara ir, que ocurriera algún imprevisto que hiciera que se cancelara al menos ese, justo al que yo iba a ir... Yo tenía mis razones, y aunque muchos no las comprenderíais, estaban ahí. Y para mí eran importantes. Y eran sobre todo mentales y emocionales. 

Pero al final fui. Por supuesto, acompañada de mi mayor apoyo emocional (mi pareja, que estaba deseando ver a Agnostic Front), y una de mis mejores amigas. Una amiga que había quedado allí con un amigo, que a su vez había quedado con unas amigas, que a su vez habían quedado con unos amigos....y así sucesivamente. 

Llegamos con tiempo suficiente para degustar las ricas viandas gallegas y por supuesto un albariño fresquito. Había que ir bien cargados de energía y buen rollo para la tarde que se nos avecinaba.








 Ya en Coliseum, también entramos antes de que empezara para no perdernos a los maravillosos Belvedere, que aunque no será ni la primera ni la última vez que los vea, estaba deseando volver a disfrutarlos. Eran ya las 19:00, muy puntuales, cuando aquello comenzó. Sólo media horita tenían para deleitarnos con sus mejores temas, y es lo que hicieron. Si no recuerdo mal, cayeron unos 12 temas que disfrutamos como la primera vez, a pesar de no ser el mejor sonido de la noche. Los técnicos no dieron con la tecla y la voz de Steven Rawles no sonó tan bien como debería. Pero como adoramos a Belvedere, a su música, y a sus componentes, no pudimos dejar de gritar y saltar durante todo aquel rato. Y sí además Casey te regala una baqueta, apaga y vámonos. El final perfecto. Majísimos siempre, saludándonos después de tantos años siguiéndonos en redes sociales, Belvedere siempre ha sido para mí una de esas bandas que te ayudan a levantar el ánimo...y lo seguirán siendo por muchos años. 

Tras ellos venían Crim, de 19:50 a 20:25. Poco podemos decir de Crim que no sepáis porque han girado y re-girado y la mayoría los hemos visto en una u otra ocasión. Muy correctos, muy buen sonido, pero como tampoco son de nuestros favoritos y en algún momento había que ir al baño, a fumar, a mirar el merch y a mil cosas más, elegimos aquel momento. Bueno, Merch en general poco, el bolsillo ya no está para estás hostias. Bastante que con los ahorrillos compramos las entradas. 







Después de ellos llegaba uno de mis momentos más esperado ya que no consigo ni recordar cuántos millones de años habían pasado desde la última vez que vi a Strung Out. Y no será porque no soy pesada. Que en todas las redes de festivales, cuando preguntan "a quién queréis que traigamos" mi contestación era siempre la misma. Pues por fin los tenía ahí delante. También muy cortito (hay que tener en cuenta que aquí el concierto era de Bad Religion, el resto eran sólo "invitados") , de 20:45 a 21: 25, pero al menos me quité la espinita de escuchar en directo temazos como "Too close to see" o "Bring out your dead"... Qué recuerdos, me sentí veinteañera otra vez... Hasta olvidé que me duelen tantas cosas y que el lunes tenía que volver al p#to curro. Como diría mi hermano, qué fantasía.













Venga, que ya se va abriendo paso la veteranía. Llega la banda con la que convencí a mi pareja de venir (que habría venido de todas formas porque le compro la entrada y no tiene manera de decir que no. A callar la boca). Llegan Agnostic Front. Un poquitín más de tiempo para ellos ( 21:45 a 22:30) , un no parar y 14 temazos para ir rematando la noche antes de que lleguen los SEÑORES. Y ojo, algo que sí noté: no sé si se lo estaban pasando mejor el público o ellos. No paraban de sonreír, de interactuar con los que allí estábamos y entre ellos. En suma, que se lo estaban pasando pipa y se notaba, lo que hacía que los de abajo lo disfrutáramos aún más. Y eso, regado de todos sus clásicos y acabado con un Blitzkrieg Bop de los Ramones, es un regalazo. Bien por ellos por seguir así después de tantos años y tantas vicisitudes.











Y llegan ellos: Bad Religion. He leído de todo en redes. Mucho hater rajando. Sobre todo a los que se pasan el día quejándose de todo. Qué queréis que os diga, no haber ido. Os quedáis en casa y os ahorráis el dinero. Yo no sé si sería por el lugar al que fuisteis, pero en la Sala Coliseum de A Coruña, a mí me sonó todo de puta madre. Es que por mucho que lo intente no puedo ponerle pegas. La única pega que puedo poner es que, al estar en primera fila, casi se me cayó encima uno que estaba haciendo crowdsurfing, o que había gente que me empujaba, pero eso son gajes del oficio 🤣🤣🤣. Lo dicho, para nosotras fue una pasada. Y eso que los hemos visto muchísimas veces, que la primera vez que los vi fue en el 97. Y parece que no pierden nada de fuelle con los años, además de que saben elegir a la perfección sus setlist, combinando temazos de todos sus discos, desde clásicos hasta algunas más nuevas. 25 maravillosas canciones con las que nos deleitaron durante casi una hora y media con un sonido espectacular, le pese a quien le pese. Ellos siguen siendo dioses. 

Y HFMN siguen cumpliendo mis sueños año tras año. Sois mi cuento de hadas particular 🖤🩷

Y por supuesto a mis acompañantes, siempre fieles. 


@niunpeloderubias 

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